Kaki

El kaki entró en nuestras vidas hace no tantos años, y si bien las comarcas valencianas de la Ribera alta y Ribera baja lo conocen bastantes años antes, no fue muy difundido hasta que llegó la variedad «Rojo Brillante» que se conoce en el mercado como Persimmon. Os suena, no?
Sin embargo, tanto en China como en Japón, de donde procede, ya lo cultivaban desde hace 3.000 años… y cuenta hoy en día con cientos de variedades ( dicen que hasta casi 1.000 variedades)
Los caquis se podrían agrupar de una manera simple de entender entre los «Astringentes» o el grupo PCA. y los «No astringentes» o grupo PCNA.
A día de hoy, nosotros nos centramos en el grupo PCNA que tiene la ventaja de poder coger del árbol la fruta y comérnosla tal cual fuera una manzana.
Al tratarse de un fruto climatérico (sigue madurando una vez que se arranca del árbol) podemos esperar a que llegue a la madurez fisiológica y entonces poder degustarle todo su dulzor, o recogerlo un poco antes , con un poco menos de dulzor final, pero asegurando su recolección ( y claro, pájaro en mano…).
En general os vamos a presentar las plantas en formato bastante pequeño ya que el kaki se debe formar desde abajo para poder recoger la fruta sin problemas de altura.
Irán injertados en Diospyros virginiana, que es el patrón que admite las variedades no astringentes.
Para nada vamos a obviar el aspecto ornamental del kaki ( en todo su rango de especie ). Cuantos ejemplares he podido admirar personalmente de árboles centenarios llenos de «bombillas incandescentes», sin ninguna hoja y dándole un aspecto realmente sugerente al jardín.
Por cierto, si teneis la oportunidad de contemplar un ejemplar viejo, mirad y tocad la corteza. No os dejará impasibles. No cuento más…
Esperamos que os gusten!