Avellano

Oriunda de Europa y Asia, ha sido parte esencial de bordes y linderos de fincas, hasta que se empiezan a emplear para producir fruta de manera más «comercial» y se empiezan a utilizar y estudiar variedades que satisfagan las pretensiones de los agricultores de cada zona.
Se trata de una especie bastante rústica que si bien requiere de suelos drenados y con un ph ligeramente ácido, se adapta muy bien a otro tipo de condiciones.
En cuanto al clima es una especie rústica, con gran resistencia al frío pero, ya de cara a la producción de fruta, con necesidad de frío desigual dependiendo de las diferentes variedades. Teniendo así variedades con pocas horas de frío como pudiera ser una Tonda Giffoni, a variedades con grandes necesidades de frío, como Ennis o Butler, marcadas por encima de las 1.000 horas de frío ( Hora de frío: acumulación, en otoño-invierno, de horas con temperaturas por debajo de los 7ºC positivos ).
Dependiendo de todo esto, las zonas de producción de avellana según las variedades suelen estar muy marcadas.
El hábito de crecimiento de un avellano es muy ramificado desde la base, pudiendo llegar a más 5 metros de altura, si bien estas alturas no son demasiado aconsejables si lo queremos para producir fruta.
También lo podremos encontrar como un árbol, a base de podas de formación, y sobre patrones no rebrotantes ( por ejemplo el patrón Dundee) con la intención de mecanizar su cultivo, su cosecha.
Los avellanos que ofreceremos en nuestro vivero no son injertados.
Por otro lado, es muy importante señalar que muy , muy pocos avellanos son autofértiles y la flor macho no coincide con la hembra. Por esta razón se utilizan variedades compatibles que las teneis en las fichas de cada variedad.
Tened en cuenta que la polinización es anemófila, por el viento, y cuando se realiza una plantación tanto profesional como particular es conveniente tener en cuenta la dirección de los vientos en las fechas en las que la flor macho se «abre», para la disposición de las plantas.
Vais a encontrar un abanico bastante amplio de variedades, con frutos diferentes tanto en sabor, tamaño, capacidad oleica, producción… y aunque está claro que queremos las mayores y mejores, y además las más productivas, mi consejo para una plantación casera es elegir la variedades, según las necesidades de frío, y una vez que las tenemos acotadas, determinar las variedades compatibles y elegir ya en función de lo que estamos buscando. Así tendremos asegurada la cosecha.
Para un jardín, bosque o seto comestible es una especie de gran valor; nos aporta frutos, madera ( las mejores varas para las vainas y alubias!) y puede ser una barrera infranqueable si se plantan juntos.