No se trata de un género demasiado prolífico entre sus especies comestibles pero os podemos presentar unas variedades, que me imagino no se usarán comercialmente por su fruta, pero que perfectamente vamos a poder introducir en nuestros jardines y bosques comestibles.
El Viburnum, aunque se adapta bastante bien, prefiere los suelos fértiles y húmedos.
Y su lugar será al sol, pero sin pasarse…
Arbustos bajos, de hasta 2,5 m de altura, de copa irregular y suelta. De hojas grandes y palmeadas de color verde oscuro y brillantes.
Las flores que se agrupan en inflorescencias de hasta 10 cm de diámetro, que se abren en Mayo ( y que requieren de polinización cruzada para producir fruta en condiciones ) darán lugar una especie de racimos de pequeños frutos de hasta 8 mm de diámetro, rojo-púpuras, brillantes, superatractivos ( que también lo serán para los pájaros ) y que van a permanecer en la planta, si no «desaparecen» o se recogen antes, casi hasta el invierno.
Se recomienda su consumo cocinados, transformados en mermeladas, gelatinas, salsas, etc, si bien se pueden comer directamente ( tienen un toque amargo), no se deben comer muchos, y mejoran después de ser congelados.
Se caracteriza por su alto contenido en vitamina C: 100 g de fruta congelada contienen de 45 a 60 mg de vitamina C.
Es una gran candidata para el adorno comestible, una gran aliada de los setos comestibles combinados, y sobre todo, un canto a la diversidad!
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